Mon, Sep 30, 2024
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El desarrollo sostenible persigue una conciliación del crecimiento económico, el desarrollo social y la protección de los recursos naturales.
La industria avícola ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad al promover un destino responsable y eficiente para los residuos generados en sus plantas.
Esto garantiza el equilibrio entre el desarrollo económico, la protección de los recursos naturales y el bienestar social, las empresas del sector implementan prácticas sostenibles para minimizar el impacto ambiental y la calidad de vida de las personas que habitan los alrededores de donde operan.
De esta manera la industria avícola busca conciliar el crecimiento económico con el desarrollo social y la protección de los recursos naturales, siguiendo las directrices del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Por su parte, los gobiernos validan, bajo el cumplimiento de las normativas ambientales, la operatividad de la industria avícola, la cual no solo aporta al crecimiento económico sino también ejerce un papel clave en la seguridad alimentaria.
Sin embargo, una de las preocupaciones de las comunidades aledañas a las granjas, radica en el manejo de los desechos orgánicos y la contaminación de los recursos naturales, específicamente el agua.
Ante esto, aclaran que todos los residuos provenientes de la producción son tratados de acuerdo a las normativas ambientales de las instituciones que velan por la conservación de los ecosistemas y la salud de las personas que viven en los alrededores y de los mismos trabajadores.
Cabe señalar que, a diferencia de las granjas domésticas, la industria avícola cuenta con tecnología y procesos sustentables, los cuales aseguran un manejo adecuado de la gallinaza, tratamiento de las aguas residuales, sub productos y desechos orgánicos.
De esta manera, se controlan y minimizan las emisiones de gases de efecto invernadero y malos olores. Por otra parte, estas granjas son instaladas en zonas alejadas de las comunidades.
Uso eficiente de los desechos
Las granjas de pollo están aplicando la economía circular para aprovechar de manera óptima los residuos generados. Esto permite, ser más amigables con el medio ambiente, hacer la industria más sustentable generando un valor agregado a lo que se considera “desechos”.
Los cúmulos de excremento, plumas, residuos de alimentos, cama, entre otros, si no se manejan adecuadamente pueden ser un foco de infección debido a la cantidad de moléculas contaminantes que liberan como el nitrógeno no proteico en forma de amoniaco, fósforo, sulfuro de hidrógeno, minerales y material no digerido por las aves.
Por lo tanto, uno de los manejos actuales de la gallinaza y pollinaza para evitar lo anterior consiste en trabajar bajo el concepto de economía circular en el que se aprovechan estos residuos tratados para ser usados ya sea como abono para los cultivos, compostaje o con fines de producción de energía, lo que se considera un beneficio para los sistemas avícolas, agroindustria, el hombre y el medio ambiente.
Un ejemplo exacto del manejo de los residuos avícolas es Grupo Campestre, empresa salvadoreña que desde hace cuatro años decidió invertir alrededor de siete millones de dólares para el tratar los desechos biológicos.
La empresa, adquirió la tecnología de punta para producir biogás, a partir del cual generar electricidad para su consumo y la inyección a la red de distribución nacional.
Actualmente procesan unas 40, 000 toneladas anuales de desechos biológicos de alto potencial energético y por medio de biodigestores realizan la descomposición para generar al final gases como el metano, el principal combustible que acciona un generador de 850 kilovatios de potencia instalada.
Esto solo es una muestra del tratamiento adecuado de los residuos de las granjas de pollos comprometidas con la salud de la población y con el desarrollo sostenible.