Tue, Jul 23, 2024
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Persisten preocupaciones infundadas entre las comunidades y el público en general sobre la instalación de granjas. A continuación, abordamos y desmentimos algunos de los principales mitos asociados a estas.
El cambio climático y la acumulación de gases de efecto invernadero inquietan a la humanidad por sus efectos devastadores y ante ello los sectores productivos, entre ellos la agroindustria impulsan prácticas agrícolas sostenibles como un modelo de eficiencia y responsabilidad ambiental.
Sin embargo, para este rubro hay mucha resistencia de parte de las comunidades aledañas a las granjas y se debe a supuestos daños a los recursos naturales, entre ellos el agua.
Ante esto, es importante aclarar estas especulaciones que inquietan a la población.
Mito 1: Nos vamos a acabar el agua
Realidad: Las granjas sostenibles implementan prácticas de gestión del agua diseñadas para conservar este recurso vital. Utilizan tecnologías avanzadas, como sistemas de riego por goteo y recolectores de agua de lluvia, que aseguran un uso eficiente del agua.
Además, muchas de estas granjas recurren a técnicas de reciclaje y reutilización del agua, minimizando el desperdicio y protegiendo los acuíferos locales.
Mito 2: Vamos a hacer vertidos a cuerpos receptores o al suelo
Realidad: Las granjas sostenibles están comprometidas con la protección del medio ambiente y cumplen estrictamente con las normativas de manejo de residuos. Utilizan sistemas de tratamiento de aguas residuales que evitan los vertidos contaminantes. Asimismo, la gestión de desechos sólidos se realiza de manera controlada, asegurando que no haya contaminación del suelo ni de los cuerpos de agua cercanos.
Mito 3: Vamos a generar olores con los animales muertos
Realidad: La gestión adecuada de los desechos orgánicos, incluyendo los animales muertos, es una prioridad en las granjas sostenibles. Se implementan protocolos específicos para el manejo y disposición de estos desechos, utilizando métodos como el compostaje controlado y la biodigestión, que no solo evitan la generación de olores desagradables, sino que también producen abonos naturales y biogás.
Mito 4: Hemos incumplido con los trámites de ley
Realidad: Las granjas sostenibles operan en total conformidad con las leyes y regulaciones locales e internacionales. Cumplen con todos los requisitos legales, desde la obtención de permisos ambientales hasta la implementación de auditorías y controles regulares. Este cumplimiento garantiza que las operaciones de la granja no solo sean sostenibles, sino también legales y transparentes.
En tal sentido, las granjas sostenibles representan una solución viable y responsable para la producción agrícola moderna y al mismo tiempo contribuyen a la seguridad alimentaria.
Por lo tanto, al desmentir estos mitos, queda claro que estas granjas no solo protegen los recursos naturales y el medio ambiente, sino que también operan de manera ética y legal.
La adopción de prácticas sostenibles es crucial para garantizar la seguridad alimentaria y la conservación de nuestro planeta para las generaciones futuras.